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lunes, 10 de diciembre de 2012

Lady Gin Tonic, y el pájaro azul.


Lady Gin Tonic, y el pájaro azul.

Once upon a time… *

*Que esto es una serie que a mí me gusta mucho porque salen todos los príncipes, y todas las “principesas” de estos de los cuentos de toda la vida, pero en versión que están todo el día tomando cafés y comiendo madalenas de estas de colores y con cositas, y que a mí me gustan tanto, y que eso, que a lo que iba…

Once upon a time.

Así como a la altura del centro de un nada tranquilo y menos reposado reino que se encontraba al sur de ese continente que las malas lenguas decían que era viejo, #peroquenoqueva que lo único es que estaba un poco “chuchurrío”, pues eso, que a esa altura más o menos, vivía una hermosa y sabia princesa, a la que los años no le habían sino mejorado como al vino.

La hermosa princesa, toda dulzura, belleza, bondad y sabiduría, vivía en lo alto de una torre desde la cual impartía su justicia, y derrochaba su amor y simpatía con todos aquellos que la rodeaban, y  que le hacían la pelota (la princesa era súper maja…).

Sus días transcurrían serenos y en paz, en demasiada paz, tanta paz tenía la princesa, que cogió, y al final se agarró tal empacho, que ni los sabios más sabios de la comarca pudieron tratárselo.

Era tal su estado de aletargamiento pacífico, que por más que lo intentaba, y por más “hidromiel” que consumía, no conseguía sino aburrirse aún más.

Sus días se sucedían de manera angustiosa y monótona, y por las noches, por las noches una terrible idea le carcomía… Sí, iba a morir, y no, no iba a morir dignamente, que lo que iba a hacer era morirse del asco… y siendo como era de todos conocido, que del asco, y del aburrimiento sólo se pueden morir los tontos, a la princesa le espantaba que toda una vida de méritos y sabiduría, quedase velada por una indecorosa muerte frente a la pantalla del Tv viendo el “Sálvame”.

El aburrimiento de la princesa no encontraba consuelo, y tan sólo experimentaba cierto alivio, comiendo pipas al atardecer y jugando al “a qué no me pillan tirando las cáscaras por la barandilla”.

Pero hasta ese inocente entretenimiento le fue prohibido, al serle aplicadas las mismas normas que ella misma había impuesto, y que incluían el no echar desperdicios, ni arrojar objetos contundentes al vacío, a no ser en defensa propia…

La princesa languidecía al tiempo que los dedos se le pelaban de tanto comer pipas, y hasta heriditas le salían en la lengua de tanta sal.

La oscuridad comenzó a cernirse sobre la torre…

Tras meses de pesadumbre y malos gestos… y coincidiendo con el 80 (aunque nadie lo hubiese dicho porque aburrida lo estaría un rato, pero la piel la tenía como una quinceañera…) cumpleaños de la princesa, un joven y atractivo familiar recién llegado de hacer un Máster en los EE.UU, decidió que tenían que tomar cartas en el asunto.

Reunió a familiares, y amigos y les dijo…

Joven recién llegado del Máster en los EE.UU: Hermana, padres, madres, tíos, tías y demás “gentucilla” aquí presente… No podemos consentir que la princesa muera en bata, deshidratada, y sin hacer testamento.

No, claro, eso no es posible – oyó que le respondían los presentes - Eso nunca, en bata jamás… ¿Cómo haremos para evitarlo?.

La hermana del joven, que además por aquella época estaba exultante de felicidad porque aún no había descubierto que su amorcito el budista era un ser medio tarado, les sugirió.

Hermana del joven, pareja de un budista tarado: Creo que, además de unos bonitos zapatos de salón de Prada que he visto y que le van a encantar, lo que necesita la princesa para recuperar la alegría y el alborozo, es poder comunicarse con el resto de la humanidad, que con nosotros, todo sea dicho de paso, ya se ha comunicado todo lo que se tenía que comunicar, y aburrida está, y aburridos nos tiene…

¿Con el resto de la humanidad? – preguntaron algunos - ¿No serán muchos? – alegaron otros.

No – prosiguió la novia del budista tarado – son el número justo, y además, si lo hacemos de golpe, les pillaremos desprevenidos y no podrán defenderse.

La humanidad… - se escuchó de fondo – Sí, la humanidad, dad, dad, dad – repitió el eco.

Exacto, la humanidad – concluyó la novia del budista tarado.

¿Y cómo conseguiremos que la sabia y bella princesa contacte con la humanidad? – consultó la madre de la joven novia del budista tarado, y que a su vez tampoco estaba muy allá de lo suyo.

Todos se miraron intrigados.

De pronto, el joven “este” del Máster, les sorprendió apuntando.

-Yo sé como…

-Ala, que listo – murmuraron todos – como se nota que acaba de llegar de hacer un Máster.

A todo esto, en sus aposentos, la princesa, al margen de toda “la movida”, seguía “enredando” para ver cómo conseguir que la dejasen salir a la terraza con su bolsa de pipas.

Pocos días después, y coincidiendo con la pesada digestión del pato laqueado envenenado que compartieron todos para celebrar el 80 cumpleaños de la princesa en el “japochino” de la esquina, el joven recién llegado del Máster en los EE.UU, avanzó sonriente hacia ella, y le dijo…

Joven “este” del Máster y tal y tal…: Querida, queridísima y siempre bella y sabia entre las sabias princesa (que este era el tratamiento que la princesa exigía a sus más allegados), la preocupación nos tiene embargados…

Sabia y Bella Princesa (tras tragarse un bombón de licor de golpe): ¡¡¿Embargados?!! ¡¡¿Lo qué…?!!

El “este” del Máster: La tristeza, la tristeza nos embarga...

Sabia y Bella Princesa (escogiendo otro bombón): Ah… que susto, prosigue.

El “este” del Máster: A lo que íbamos, que la tristeza nos tiene embargados, y que no hacemos si no llorar por los rincones por ver la melancolía que os tiene “secuestrado” el corazón…

Sabia y Bella Princesa (tragándose el segundo bombón de golpe): Jo, pues sí que has venido tú leído del Máster…

Novia del Budista tarado (intentando poner orden): ¡¡Tata coño!!

Sabia y Bella Princesa (interrumpiéndole): Pardonnez moi???

Novia del Budista tarado (corrigiéndose): Querida, queridísima y siempre bella y sabia entre las sabias princesa… Estamos preocupados, con el corazón secuestrado, y ciertamente alertados por tu querencia a pasearte en bata por la casa mientras mascullas #ñañañaña y es por eso, por lo que hemos decidido hacerte un regalo muy especial que seguros estamos aliviará tu estado…

Sabia y Bella Princesa: ¡¡¿Un regalo?!! ¡¡¿Otro regalo?!! ¡¡¿Qué es, qué es, qué es…?!!

*La sabia y bella princesa siempre estaba triste, menos cuando dejaba de estarlo por recibir regalos o comer pipas.

Todos los asistentes abrieron paso al “este” del Máster, y el “este” avanzó de nuevo hasta la princesa “portando” consigo una bonita y moderna caja de color azul.

Sabia y Bella Princesa: Alaaaaaaaaaaa……

Novia del Budista tarado: ¡¡Tata coño si no sabes lo que es…!!

Sabia y Bella Princesa (removiendo la cajita  #modomaraca): Alaaaaaaaaaaa…

Novia del Budista tarado: ¡¡Qué lo abras de una vez!!

Sabia y Bella Princesa (la cual se acababa de descalzar porque uno de los Prada le apretaba en el juanete): ¡¡Escuchad!!

Un alegre gorjeo salió de la caja.

Sabia y Bella Princesa (agitando aún más la caja): Alaaaaaaaaaa… Una caja que gorjea.

Novia del Budista tarado (dejándose caer desesperada en un bonito sillón que decoraba con muchísimo gusto uno de los elegantes rincones del salón de la princesa): Se lo ha “cargao”.

La sabia y bella princesa abrió la cajita, y de ella, aunque aún un poco mareado por el “meneo”, salió un lindo pajarito azul con cara de huevo, y que mirándole con ojitos de “pitiminí” le dijo…

Pajarito azul con cara de huevo: Hola, soy “Tuiti”, y tú…

Sabia y Bella Princesa (con el pajarito azul entre las manos): Alaaaaaaaaa “Tuiti” como el canario muerto de la niña de Poltergeist*

*La sabia y bella princesa tenía un increíble dominio de las películas de los años 80.

“Tuiti” (Mirando a la princesa con incomprensión y cara de huevo pasado por agua): #nometoqueselpitoquemeirriro #quienesesa

Sabia y Bella Princesa: Una niña rubia que veía a los muertos que bajaban por la escalera de su chalet independiente construido sobre un cementerio indio, y que al final se la llevaron de excursión a un armario, y  que tuvo que entrar su mamá a rescatarla…

“Tuiti”: Ah… ya, #esaniña #lamuhahahadelarmario

Sabia y Bella Princesa: #samisma

A partir de ese momento, el resto de los asistentes al cumpleaños desaparecieron para “Tuiti” y para la sabia y bella princesa, y poco a poco, #tuiticarahuevo, no sólo terminó de secuestrar el corazón de la princesa, sino que lo llenó de alegría y novedades, al tiempo que ponía en contacto a la princesa con el resto de la humanidad (que para eso servía…) y con los espíritus del cementerio indio de la película de #lamuhahahadelarmario (a los cuales podéis seguir en el siguiente perfil: @losmuertosdelaurba)

No obstante, y como bien sabemos todos aquellos que hemos recibido una católica formación al uso, ninguna historia que se precie, termina bien…

Pasados los meses, la sabia y bella princesa, no tenía tiempo sino para jugar con #tuiticarahuevo y con el resto de humanos a los que su “pajarito” le había presentado (y a los que de momento, no había aburrido). Jugaba con @endosuno con @dosdiestros  con @LadyHorchata con  @LaVirgendelaCueva con @sinTsis666 con @miantoniaquevaleunhuevo con @QueteApartesQueTeMuerdo y con un montón más de ellos que hacían las delicias de la princesa compartiendo todas sus historietas, y “embolaos”.

Próxima la celebración del siguiente cumpleaños de la princesa, y mientras ella y su querido pájaro azul intercambiaban impresiones e insultos hacia el resto de dirigentes del planeta, el “avecilla” sorprendió a su “amiga” con la siguiente pregunta.

#tuiticarahuevo: Decidme “princess”

*La princesa le consentía a su pajarito que se tomase esa licencia a la hora de dirigirse a ella.

#tuiticarahuevo (continuó): ¿Qué presente podría agradaros, y haceros la más feliz de entre las princesas?

Princesa: ¿Por mi cumpleaños?

#tuiticarahuevo: #sastamente

Princesa: Esto… Sí, vamos a ver, ni morirme ni quedarme “tolai” el próximo año.

#tuiticarahuevo: #tahecho ¿Qué más?

Princesa: Esto… Sí, vamos a ver, ni empacharme, ni que me suba el azúcar jamás de los jamases por más chuches que coma.

#tuiticarahuevo: #tahecho ¿Algo más…?

La brisa se convirtió en una gélida corriente de aire, la mirada de la princesa se tornó amenazante y torva, y añadió clavando sus ojos en el “pajarillo”.

Princesa: Deseo que mis “seguidores” se incrementen en número a la misma velocidad a la que se “precipitó” el chaval este de la estratosfera el otro día… Deseo que todos sean normales y que ninguno pertenezca a secta extraña o grupo de mercadeo, pero más que nada deseo….

Continuará…

Elige tu propio final.

-       Si quieres que la Princesa desee tener más seguidores que @LadyGaga y #tuiticarahuevo caiga #muetto del susto porque eso sobrepasa sus poderes pulsa (1)

-       Si quieres que la Princesa desee la paz en el #mundomundial y #tuiticarahuevo se la ofrezca a cambio de su alma, pulsa (2)

-       Si quieres que #tuiticarahuevo transforme a la Princesa en un sapo feo y asqueroso para que le deje en paz y poderse ir con @LadyGaga pulsa (3)

-       Si quieres que los familiares y allegados de la Princesa aprovechen su próxima fiesta de cumpleaños para meterla a ella y a su pajarito, en una caja de embalar rumbo a la serie esa de los príncipes, y las principesas que toman cafés y comen madalenas… pulsa (4)

-       Si quieres un Iphone pulsa (5) #jajaja


Lady Gin Tonic (un año en compañía de “tuiti”, y lo que te contaré morena…).



Si queréis disfrutar (vanidosa estoy por favor...) de este sencillo cuento, perfectamente editado, y con las fotografías más bonitas del mundo mundial, podéis hacerlo en


Como en ocasiones anteriores, el enlace os dirigirá a la publicación online de @endoszero 

Aprovechar la ocasión, para agradecerles desde aquí, el haber compartido conmigo este último año, año de mi bautismo "tuiteril", y "blogueril".

Gracias de corazón.

Sin vosotros "esta aventura" no estaría siendo tan bonita...

Lady Gin Tonic.

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