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jueves, 19 de diciembre de 2013

Gatovaca y el Niño Jesús.

Gatovaca y el Niño Jesús.

Un cuento místico de Navidad como los de toda la vida.

Mi sobrina Maripuri (nombre en clave) cirujana de postín, tiene un gato, el cual, y por circunstancias ajenas a su voluntad, véase, le cortaron los güitos, ha adquirido en los últimos meses un tamaño más parecido al  de una vaca que al de un felino de los de su estirpe.

Gatovaca (del bicho también vamos a usar el nombre en clave) no sólo come mejor que cualquier otro miembro de la familia (este de la merluza fresca-congelada para matar al anisakis no baja) sino que dispone del mejor sitio en la terraza para tomar el sol, es el único que tiene su camita pegada al radiador, y hasta hace poco, incluso se le permitía que saliese sólo de paseo*

*Dicha actividad ha quedado prohibida por una demanda de la Cdad. de Propietarios colindante, en la que se le acusa de haber acabado con toda la impermeabilización del Ático 3 debido al sobrepeso.

Gatovaca, no es que sea cariñoso, al contrario, yo diría que es un poco arisco, pero al igual que se ha ganado injustamente el derecho a la merluza, se ha ido ganando la fama de animal amoroso y dulce, y Gatovaca, y a las pruebas y “bufíos” que me mete me remito, no sólo es un gato del demonio, sino que es un gato del demonio tamaño King Size.

Gatovaca no me puede ni ver, y tampoco es que me preocupe demasiado, porque yo tampoco le puedo ni ver a él.

No sólo me parece un animal gordo y sueltapelos, sino que le adivino una crueldad innata, y convencida estoy de que aguarda la más mínima oportunidad para dejarme tuerta o algo peor.

Gatovaca tiene unos 5 años y a pesar de sus dimensiones, una salud de hierro, por lo que me da la impresión de que o hago algo (véase cometo un gaticidio) o este me sobrevive y que disgusto…

Gatovaca es el niño mimado de la casa, y por tener tiene hasta su propia carta astral, qué digo su carta astral, peor, que hasta un estudio de vidas pasadas le han hecho, y el resultado ha sido un tormentoso pasado como emperador persa o algo parecido.

No obstante, y aunque esto yo ya lo tenía más que claro desde hace años, la redención existe hasta para las reencarnaciones felinas de sanguinarios emperadores persas, y es que la NAVIDAD, ha llegado a GATOVACA



Antes de continuar, he de aclarar que Gatovaca, y debido a las múltiples actividades que desarrolla Maripuri (opera, se pinta, se peina, va a clase de zumba, en fin…) se encuentra desplazado en la actualidad en casa de los padres de la “mari”, y en concreto en un pueblo de La Mancha, de cuyo nombre aunque lo intente, no consigo acordarme…

Gatovaca ha pasado de ser el niño mimado de su dueña, al nieto que los padres de Maripuri siempre quisieron, y si aún no le han vestido de Zara Kids, es sólo porque no han encontrado ropa de su talla.

No obstante, y para no perder el hilo, Gatovaca ha encontrado en el pueblo, y en la adopción nietil, la ocasión perfecta para “convertirse”, y volver sus zarpas a Dios.

Y esto yo se lo cuento a alguien, y en serio que no se lo cree, pero tampoco me importa mucho, porque tengo fotos…

La historia comienza tal que así.

Estando la madre de Maripuri, abuela por poderes del minino, preocupada por la decoración navideña de la casa, y movida más que por el espíritu de la Navidad, por el espíritu de Tu Casa a Juicio o de cualquier otro programa de Divinity Home, no pudo tener mejor idea que la de transformar un viejo arcón que apareció como de la nada en el trastero (estos trasteros de los pueblos de La Mancha son como los agujeros negros pero en versión telaraña asquerosita) en soporte para el Belén.

Con mucho mimo y cariño, forró la cubierta con pajas, le puso el riachuelito de Albal tan propio de los nacimientos de este nuestro país, y colocó las figuritas: San José, La Virgen, el Niño, el buey y la mula, dos Clips vestidos de bomberos que hacen las veces de pastores, en fin, lo que son los Belenes tradicionales.




Belén tradicional de este nuestro país

Tras colocar el Belén, las luces, llamar a la familia y compartir las respectivas fotos con "to" quisqui (que esta le dejas a sola con el móvil y te monta una exposición de fotofrafía y vídeo ella solita), cuál no fue su sorpresa, cuando y rozando los límites de lo imposible, así como quién no quiere la cosa y entre el clip bombero 1, el riachuelo, y la mula, se encontró apostado y en actitud de adoración al niño, a Gatovaca.



GATOVACA disimulando...

Gatovaca, con sus doscientos kilos de peso, consiguió, insisto, más allá de toda ciencia, incrustarse en esos apenas 50 centímetros, no sólo sin tirar nada, sino sin tan siquiera desplazar un milímetro el Albal, o llenarlo “to” de pelos.

Gatovaca, evidentemente, y justo en ese preciso instante, fue iluminado por Dios, y seleccionado para convertirse en nuestro particular “Chencho” navideño, convencida estoy, de que no habrá festividad navideña a partir de ahora, en la que no aparezca Gatovaca.




Chencho y Gatovaca, dos clásicos de la Navidad...

No obstante, lo importante de esta historia, no es la gracia del incrustamiento inverosímil del animal en tan diminuto espacio, lo importante de esta historia, reside en el profundo y místico cambio que ha experimentado Gatovaca, y es que el bicho, no es el mismo, y es que al bicho, el Niño Jesús nos le ha “cambiao”.




Gatovaca en actitud mística y de adoración, y parece que atendiendo los consejos de San José

Gatovaca  ha dejado de mirarme con los ojos inyectados en sangre, y ha pasado a mirarme así como de soslayo y con ternura.

Gatovaca ha dejado sus correrías y enredos con las piojosas gatas de la finca de al lado, y ha empezado a llevar una vida de recogimiento y contemplación.

Gatovaca ha echado fuera de sí su sed de sangre y de pescado, y se conforma con su pienso de Whiskas bajo en colesterol para gatos gorditos.

Gatovaca ya no despierta a toda la casa a maullido pelado, Gatovaca espera paciente en la puerta de la cocina, saluda educado y con un ronroneo, se toma su cuenquito de leche desnatada, y corre a ocupar su lugar en el pesebre.

Hasta cuentan las malas lenguas, que Gatovaca ha dejado de ponerlo todo perdido de pelos, y ha aprendido a pasar la aspiradora…




Aspiradora que le van a traer los Reyes a Gatovaca

Redención, el Niño Jesús, su idolátrica representación adquirida en cualquier mercadillo, y la Navidad, han obrado el milagro y han transformado al león de la Metro, en el mejor amigo de Lady Gin Tonic. Primero fueron los tozudos galileos, y ya en el siglo XXI, GATOVACA, el poder de Cristo, que es "acojonante".

Tanto es así, que planteándome estoy un traslado temporal a La Mancha, para permaneciendo cerca de Gatovaca, no sólo intentar que se me pegue algo de la bondad tan milagrosamente adquirida, sino para inspirarme, y de la misma manera en la que transformé a #lamuertadelacurva en co-protagonista y amiga del Blog, comenzar a compartir con Gatovaca, el Blog entero...

Cómo será, que hasta me planteo cambiarle el nombre al invento, y empezar a llamarlo.


Las nuevas andanzas y correrías de Gatovaca y Lady Gin*


*No hay antiguas andanzas, pero reconozcamos que el título es supercomercial.

Pues eso, que sin más, que con Gatovaca y con sus posibilidades en la cabeza, me despido hasta el próximo Post, y aprovecho para felicitar a todos mis seguidores y amigos y para desearles que el próximo año, no sea tan fiero como lo pintan...

Un navideño abrazo.

LGTonic

Me gustaría dedicarle este Post a mi queridísima sobrina Maripuri, a la madre que la parió, y a ese gato tan "guapismo" que ha consentido que le transforme en Gatovaca sin tan siquiera meterme el merecido zarpazo que me he ganado.

Se os quiere chicas/gato.

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