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domingo, 3 de febrero de 2013

El Chip Viejuno 2: El Whatsapp no es para mí…


Antes de empezar, recordarles a todos, que el “chip viejuno” (mis amigas y yo demostramos científicamente su existencia hace unos meses), es un “chip”, que así, y sin venir a cuento, va, se activa, y consigue que todo se vea en modo: Carmencita Polo “pelín” pasada de “cafeses”.


Podríamos, incluso, no sólo demostrar su existencia en “petit comité” (mi amiga Lourdes es una experta), sino que podríamos grabar los resultados de su activación, y subirlos a Facebook (las “movidas” del Chip Viejuno, son más propias de FaceBook que deTwitter).


Cuando el Chip Viejuno se activa, y esto puede ocurrir en cualquier momento entre los 70 y la Muerte, o bueno… antes, si somos espectadores habituales del “Sálvame”, no hay vuelta atrás, y la persona a la que se le activa, no vuelve a ser la misma. Directamente, y aunque la activación no haya durado más de un par de horas, la víctima de la activación, #entraentrauma

Sí, lo confieso, me llamo Margarita Moreno, y soy una víctima (puntual eso sí…) del “chip viejuno”.

Día: 01/02/2013

Hora: 18:00 Zulú

Lugar: Cl. Sta Engracia, así como tirando para Chamberí, pero más cerca de Cuatro Caminos.

Dirección: Cafetería muy “animosa” para la Tercera Edad, que empieza por S, y termina por Verde…, y que “mola” mucho, porque los camareros son muy majos, y pasan así como cada dos por tres con bandejas con “canapieses” y a mí esto me gusta mucho, porque adoro los “canapieses” (y los calamarcitos rebozados, y las minihamburguesas, y todo, todo, todo…)

Síntomas Previos: Ninguno, que “esto” es lo que tiene, que llega sin avisar y te mete un susto del “copón”.

La Activación:

A mi móvil le pega un “telele” en el bolso, y que cuando voy y lo saco, me encuentro con un Whatsapp* de Berta (la señora que me ayuda en casa).

*En Navidades “la familia” me obligó a tirar el "zapatófono", y me consiguieron uno de estos que hace de todo, pero que a fin de cuentas, no sirve más que para tenerme controlada a todas horas…

Whatsapp de Berta: Champú, Miel, Orejones y Champú*

*Sin duda, el champú se había terminado.

"La Moi": Esto no es para mí, esto es sólo para los jóvenes, para que queden, para que desqueden, para que se envíen “solecitos” sonrientes, pues para esas cosa… Que “leñe”* de Whatsapp

*El uso de la palabra “leñe”, jamás augura nada bueno…

Apuntar en este momento, que si hay algo de lo que están realmente orgullosas Lourdes y Marutxa, es del grupo de Whatsaap que han formado, y que se llama Grupo 1 (la “creativa” siempre ha sido yo, pero no quisieron que le pusiésemos al Grupo, “Grupo Viejas Pellejas”).En el Grupo 1, están ellas, y estoy yo.

Marutxa (ya agarrada con cierta sensación de “pánico” al brazo de Lourdes): No sé Merimargaret (esta me llama Merimargaret, qué le voy a hacer…), a mí los solecitos sonrientes me parecen muy bonitos, y además, a nosotras nos divierte ¿No?.

Lourdes (Acelerando el paso): No le hagas ni caso, que seguro que se ha vuelto a meter un golpe con la caldera en la cabeza*

*Esto del golpe con la caldera, a mí me pasa mucho, y no tengo muy claro el por qué, pero voy, me agacho a coger algo del suelo de la cocina, y aunque esté en la otra punta, cuando me incorporo, voy, y me “arreo” con la caldera en la cabeza.

Marutxa (Intentando seguir el paso de Lourdes): Pues mira Merimargaret, que yo que pensé que a ti esto del Whatsapp sí que te iba a gustar.

“La Moi” (ya con el característico “despotismo” del “chip”): ¿A “la moi”? ¿“Pour quoi” me iba a gustar a “la Moi” ese “invento de mierda”*?

*Repetí varias veces la palabra “mierda” a lo largo de la tarde, y tampoco tengo muy claro el motivo.

Lourdes (Intentando acabar con la discusión antes de entrar en la cafetería): Por lo de Twitter, y Facebook, por eso lo dice,  por lo de lo mucho que te gustan a ti las cosas “modernillas” esas, pero venga, vamos, se acabó, el Whatsapp es una mierda, y para ti la perra gorda…

“La Moi” (Y ya con el proceso de “posesión” del chip completado): Oye, oye, que tú a mí no me tratas así eh… y con ese “tonito”, y dándome la razón como a los tontos, porque no te lo consiento ¿vale? y que lo sepas, y que te quede bien claro, que el Twitter es el Twitter, y el Whatsapp es el Whatsaap (yo cuando me explico, me explico), y que del Facebook no me hables porque a mí ese “rollo” nunca me ha ido ¿vale?.

*La discusión se vio interrumpida en el momento de nuestra entrada a la cafetería, más que por que se me pasasen las ganas de “bronca”, porque “enganché” al camarero de los “calamarcitos” por banda, y hasta que no le “regañaron” en la cocina por no “pasear” la bandeja por todo el local, no paré de comer calamares.


20 minutos “later”, y 3 bandejas de calamares más tarde…

“La Moi” (e interrumpiendo sin venir a cuento una conversación acerca de “La Merkel”): El Whatsaap es una mierda…

Lourdes (“fusilándome” con la mirada): Querida, llevas razón, es una mierda.

Marutxa (tras tragarse una “minihamburguesa” de golpe): Lo que vosotras digáis, pero entonces ¿Qué hacemos con el Grupo 1?

“La Moi”: El Whatsaap es una mierda, y el Grupo 1 es una mierda, y todo es una mierda, los calamarcitos no, los calamarcitos no son una mierda, pero el resto del mundo con el Whatsapp dentro sí, y una mierda muy grande, “leñe”, he dicho… mierda.

Marutxa: Uy.

Lourdes: ¡¡Camarero!!

“La Moi”: ¡¡No le llames!! No llames al camarero mujer, mejor ponle un whatsapp y métele en el Grupo 1.

Lourdes: ¡¡Camarero!!

Camarero: ¿Sí…?

Lourdes (señalándome): A la señora le trae un Gin Tonic sin Tonic, y triple, que le está bajando la tensión.

Camarero (Mirándome preocupado): ¿Se encuentra bien la Señora? ¿Le traigo una Ginebra? ¿Cuál?.

“La Moi”: Lo que nos faltaba…

Marutxa (Interrumpiéndome): Beefeater, una Beefeater, tráigale una Beefeater…

Lourdes: Y dos bandejas de “chistorritas” a ver si así…

“La Moi” (ahora contra Marutxa): ¿Y tú quién te has creído que eres para elegirme la Ginebra? ¿Mi madre? ¿Te has creído que eres mi madre…? Pues que lo sepas, ni a mi madre que era una santa, le consentí yo jamás que me recomendase una ginebra…

Camarero: ¿Beefeater entonces?

“La Moi”: Pues no, no quiero una Beefeater de mierda #ñeñeñeñe, quiero una Rives Especial.


*No tenían Rives Especial, a mi móvil le dio otro “telele” y era de nuevo Berta, recordándome que comprase Champú. Luego les sonaron doscientas veces los móviles a Lourdes y a Marutxa, y el pobre camarero, se tiró toda la tarde trayéndome “chistorritas” y demás “canapieses” ricos para que me estuviese calladita…

2 horas más tarde, y ya de camino al Autobús 43 en compañía de mi bolsita del Caprabo, con la Miel, los Orejones, y el Champú…

Inciso: Bien, lo habitual es, que tras un ataque de “chip viejuno” de unas tres horas de duración, la persona que lo ha sufrido, a la par que malhumorada y confundida, se sienta terriblemente cansada y culpable, y por eso, y por no sentirme ni malhumorada, ni confundida, ni terriblemente cansada y/o culpable, es por lo que pensé, que más que un ataque del “chip viejuno”, bien podría haber sido un “subidón” de azúcar al uso, o un pequeño “ictus” sin consecuencias… ¡¡JA!!

Nunca, pero que nunca hay que subestimar al “chip viejuno”, el chip viejuno tiene vida propia, y puede decidir regresar, a los dos minutos de haberse ido… y esto en sí, es lo que sucedió.

Día: 01/02/2013 (todavía …)

Hora: 20:30 Zulú

Lugar: Cl. Bravo Murillo, pero así como tirando para Pza de Castilla, pero más cerca de Estrecho.

Dirección: Mi caaaaasa

Síntomas Previos: Ninguno, pero es que nada.

La Activación:

De pronto, y a pesar de la hora y de la sangrienta tarde que les había dado a mis amigas, cojo, y caigo en que además de champú, necesitamos una “plancha” nueva.

“La Moi” (farfullando sin dejar de mover la bolsita del Caprabo en medio de la calle): Claro, porque mucho champú, mucho champú, y vete tú a saber para que “coño” quiere esta los “orejones”, y qué hay de la plancha, porque sin orejones podemos vivir, pero sin plancha...

Miro a mi derecha, miro a mi izquierda, los “viandantes” me miran no teniendo muy claro si salir corriendo o llamar al Inserso, y que voy y que de repente, me topo con una bonita tienda de electrodomésticos y menaje del hogar.

“La Moi” (sin dejar de farfullar para el cuello de la camisa): Eso es, una plancha, esto es vital, y no lo de los orejones de mierda*.

*Tarde más escatológica, no recuerdo haber tenido, en años.

Interior de la tienda.

Dependienta así como de unos veintipoquitos años, “mu” mona ella y “mu” dispuesta, que tras mirarme más que con descaro con “curiosidad” de arriba abajo, hace una pompa con el chicle, termina de enviar un Whatsapp, y me pregunta.

Dependienta mona del chicle: Hola ¿necesita ayuda?

“La Moi”: Of course yes querida, quiero una plancha que planche, que sea ecológica, que gaste poquito, y que además, sea azul..

Dependienta mona del chicle: ¿Azul?.

“La Moi”: Si, azul.

Dependienta mona del chicle (boquiabierta): Me acompaña…

“La Moi” (de camino a la sección de planchas): Y que cuando eche el vapor, no haga “tchu-tchu”, porque a)me asusta, y b) se me empañan las gafas de planchar…

Dependienta mona del chicle: ¿Las de cerca?

“La Moi”: No, las de planchar.

Dependienta mona del chicle (mirándome fijamente): Y tiene que ser azul.

“La Moi”: Y ecológica, y que no haga “tchu-tchu”, y además, respóndeme  “querida”.

Dependienta mona del chicle (sin dejar de mirarme fijamente, pero ya con cierto miedo): ¿Sí…?

“La Moi”: ¿Tú qué opinas del Whatsapp?

Dependienta mona del chicle: Yo, yo, verá, yo no opino, yo…

“La Moi” (interrumpiéndola): Sí, tú… No crees que el Whatsapp es una mierda, y que todo el día venga y dale todos con el Whatsaap, y que Whatsaap para arriba, y que Whatsaap para abajo, y sin parar con los "teleles", y... pues eso ¿No crees que el Whatsapp es una mierda?.

Dependienta mona del chicle: Bueno… depende, es como todo, pues como Facebook, o Twitter, depende de cómo se use…

“La Moi”: Yo Twitter, lo uso para el bien.

Dependienta mona del chicle: ¿Usted está en Twitter?

“La Moi”: Sí, adivina quién soy.

Dependienta mona del chicle (llamando disimuladamente a vigilante jurado): Pues verá, no lo sé, pero es que además yo soy más de Facebook.

“La Moi”: Que te he dicho, querida, que adivines quien soy.

Vigilante Jurado: Hola buenas tardes, en qué podemos ayudarla.

“La Moi” (a vigilante jurado): Buenas tardes joven, soy Lady Gin Tonic, y quiero una plancha que planche, ecológica, que gaste poquito, que sea azul, y que no haga “tchu-tchu”.

Al final, no hicimos “coleguitas”, me encontraron la plancha azul a juego con mi cubre tabla de planchar azul con bodoques, y si bien, la niña mona y dispuesta del chicle, me juró y me perjuró que no hacía “tchu-tchu”, sí que lo hace…

¿Tiene toda esta “movida” moraleja”? Pues claro que la tiene, y no, no es una moraleja de ataque al Whatsaap, porque conociéndome, me quedan para estar completamente enganchada, un par de semanas... Más que moraleja, mi petición, es la siguiente.

Sed pacientes con nosotros, no nos consintáis, pero tampoco dejéis de ser considerados, llevamos un montón de años en este planeta, y aunque así de natural y en los días de sol, pues nos sigue gustando una barbaridad, hay momentos, en los que nos entra el “hartazgo”, se nos activa el “chip”, y no dejamos títere con cabeza…

Ya lo dije en una ocasión, “somos como niños” (lloramos cuando tenemos hambre, sueño, o nos cambian el horario de "Amar en tiempos revueltos"), y si en algún momento, asistís a un proceso de activación del chip viejuno en algún familiar, o amigo, insisto, sed pacientes, o bueno, siempre podéis, si la cosas se ponen feas de verdad, y nos "arrancamos" con Franco, Fraga, y sus respectivas madres, largaros “cagando leches”, y sin mirar atrás…

Me gustaría (en serio) dedicarle esta reflexión, a mi niña del chicle y el Whatsapp, ya que aunque no tenía ni idea de quien era yo (sí una tal Lovely Pepa, ya ves tú...), y no la vi con mucho interés por averiguarlo, y por si acaso un día le da por buscarme, que se encuentre con esta entrada, y estas "disculpas": Perdon "querida" por el maltrato de tarde que te di...

Pues eso, que sin más, que seguiré informando de los diferentes "ataques" que sufra.




Lady Gin Tonic. #laplanchazulempaña